domingo, 4 de agosto de 2019

Forma y contenido: la senda del acebuche

¡Acercarte a la sombra, que ya estamos en agosto! 

Parece mentira que ya hayan pasado 7 meses del presente 2019 y estemos en el último mes del verano antes de la vuelta a la rutina - parte de septiembre es también verano, pero ya sabemos que es tiempo de descuento y salvo algún caso afortunado, el común de los mortales vuelven a la rutina laboral o de estudios -.

Este mes también nos trae algunas festividades en países de Asia, como son el Obon en Japón -, el Qixi o "Día de los enamorados" en China - aunque son festividades que pueden estar vinculadas al calendario lunar y celebrarse en fechas distintas según el año o incluso la región donde se celebren -, así como fechas tan señaladas para India y Corea del Sur, que celebran el 15 de agosto sus propios "Independence Day".

Sin embargo, no es el propósito de esta publicación tratar sobre festividades, sino hacer una declaración de intenciones de lo que pretendo que sea este lugar, que espero poder ir creando contigo, tal y como intento hacer en el perfil de Twitter desde el primer día. 

Me gustaría, al menos, poder hacer dos publicaciones semanales: 

  1. Dedicada a analizar aspectos o cuestiones que me plantees y me hagas llegar, bien sea a través de redes sociales o en la caja de comentarios; pueden ser sobre un documental o un video que hayas visto, un libro o un artículo que hayas leído, o incluso una duda que siempre te haya rondado la cabeza sobre Asia en general y países como Corea del Sur, China y Japón en particular.
  1. Recomendación/artículo a mi elección - a priori -; la idea es hacer un breve comentario sobre un libro, película o documental de temas relacionados con el leitmotiv de este blog, procurando siempre que sea posible, recibir un feedback por tu parte sobre si te ha interesado el tema y generar debates y diálogos para enriquecernos mutuamente.

Por otra parte, si bien un servidor es titulado en Estudios de Asia Oriental (o asiatólogo, como llegaron a llamarme hace poco), siempre he considerado que lo importante de aprender es que es algo que nunca se deja de hacer, por lo que quiero que tengas en cuenta que lo que voy a volcar aquí son estudios o opiniones formadas que hago desde mi punto de vista, pero nunca serán verdades absolutas y están abiertas a la crítica y a la corrección constantes.

Profesionales de mi entorno académico hay muchos y muy buenos, por lo que procuraré, siempre que pueda, poner a tu disposición toda la información que hayan publicado, aunque quizás no lo haga de la forma más ortodoxa según los cánones de publicaciones serias y de prestigio. Al menos de momento esa no es mi intención.

Siempre he considerado necesaria la norma, pero a veces hay que simplificar la jerga y acercar el conocimiento y su divulgación prescindiendo de tecnicismos que a menudo marean, desorientan y con frecuencia alejan la atención de personas, no por falta de interés, sino por aburrimiento.

Lo fundamental de todo esto, al menos por mi parte, es la comunicación. Una comunicación bidireccional donde ambos podamos compartir y contrastar opiniones, estimulando la conciencia y el alma, que a fin de cuenta es lo que nos diferencia de funcionar, demasiado a menudo, como una máquina.

Espero tu opinión en los comentarios o en Twitter. Mientras tanto te espero, hasta nuestro próximo encuentro, bajo la sombra de este acebuche.

P.D: Por cierto, por si no lo has leído aún, aquí te dejo el enlace a la primera publicación cultural que realicé el pasado 30 de julio, sobre la relación de Antonio Machado con Asia Oriental... por si quieres echarle un vistazo :).

martes, 30 de julio de 2019

La inspiración asiática en Antonio Machado

Desde un principio, antes incluso de atreverme a pensar siquiera en crear este rincón o escribir una publicación como ésta, siempre he tenido claro que en el mundo en el que vivimos podría decirse con total tranquilidad que "ya está todo inventado". Y aunque creo firmemente que ésto es una realidad, también lo es que aún hay muchas cosas que descubrir y con las que maravillarnos.

Retrato de Antonio Machado (1875 - 1939), 
sanguina de Leandro Oroz Lacalle (1883 - 1933). 

Fondos de la Fundación Ortega y Gasset.
Ya sea bien a través de las redes sociales, o en algún programa de televisión, seguramente hayas visto que el pasado 26 de julio se celebraba el 144 aniversario del nacimiento de Antonio Machado. Aparte de ser uno de mis poetas favoritos y tenerlo en consideración para mí mismo como el "poeta filósofo", poco puedo añadir yo que no hayan dicho ya expertos del mundo académico de renombre internacional y múltiples estudios entorno a su figura y su trabajo. Pero siendo de origen andaluz (al igual que un servidor) y teniendo en su obra alguna que otra referencia a los olivos, pensé que podía ser el personaje histórico idóneo para una primera publicación cultural sobre Asia Oriental.

Mucho me temo que Antonio Machado no fue uno de esos viajeros que navegaron hasta el otro rincón del mundo durante el siglo XIX o principios del XX, pero nunca se mantuvo ajeno al tránsito del espíritu por otro de los medios que enriquecen el alma de un persona: la lectura. Si bien el sevillano pisó bastantes puntos de la geografía ibérica y Francia, sus estancias en París (donde trabajó con su hermano Manuel para la editorial Garnier en 1899) y en Madrid le llevaron a conocer a muchos de sus coetáneos de la Generación del 98, así como a figuras culturales del ámbito internacional de habla hispana con las que establecería relación: Enrique Gómez Carrillo y Rubén Darío.

Si bien el ambiente bohemio de París y Madrid emanaban y acunaban todas las vanguardias artísticas y culturales del momento, quiero conjeturar que fueron Gómez Carrillo y Darío los que acercaron a Machado a la fascinación por países como China y Japón, de los cuales es más que probable que acabase leyendo traducciones al francés de obras provenientes de esos países. No obstante, el propio Enrique Gómez Carrillo publicó varias obras como consecuencia de sus viajes a esos países como corresponsal de prensa: 

- De Marsella a Tokio. Sensaciones de Egipto, la India, la China y el Japón (1906) y El Alma Japonesa (1907), ambas publicadas en París por la editorial Garnier (¿te suena?), con el prólogo de la primera obra escrito por Rubén Darío.


- El Japón Heróico y Galante (1912), publicada en Madrid en la editorial Renacimiento.
Alejándonos de conjeturas personales y para no extender mucho más esta publicación, te dejaré con un dato para pensar y quizás picar tu curiosidad: hay varias publicaciones académicas que avalan la hipótesis de la influencia del haiku en Antonio Machado, sobretodo en Nuevas Canciones (obra escrita entre 1917 y 1930). Y para muestra, un botón.

Extracto del poema CLV, titulado Hacia tierra baja:


A una japonesa 
le dijo Sokán:
 con la blanca luna 
te abanicarás, 
con la blanca luna, 
a orillas del mar. 

Resulta que este verso hace clara referencia a este haiku:

Luna de estío:
si le pones un mango
¡un abanico!

Su creador no fue otro que Yamazaki Sokan, un sacerdote budista que vivió entre los siglos XV y XVI y que es considerado como uno de los primeros autores que empezaron a componer haiku en Japón.


Me despido por hoy con otro verso de Machado, que cuando lo descubrí, me dio mucho en qué pensar.
Hombre occidental,
tu miedo al Oriente, ¿es miedo
a dormir o a despertar?

Te espero, hasta nuestro próximo encuentro, bajo la sombra de este acebuche.


P.D: Te dejo aquí abajo unos cuantos enlaces a publicaciones académicas por si quieres saber más sobre este tema. El conocimiento que te he transmitido no es algo que sea de mi propio invención, sino que ha llegado hasta ti a través de un servidor gracias al trabajo de grandísimos profesionales a los que les debemos respeto y reconocimiento. ¡Muchas gracias por leernos!

- Antonio Machado y la tradición del haiku, de Armando López Castro.
- El haiku en España, de Susana Benet.
- La tradición del haiku, de Octavio Paz.

domingo, 28 de julio de 2019

Aquí comienza la aventura

Bonsai de Olea Europaea var. sylvestris (acebuche)
Tengo que reconocer que, empezar a hacer esto, me cuesta. Con "esto" me refiero a volver a escribir, centrar la atención y organizar un camino. Pero como decía el poeta: caminante no hay camino, se hace camino al andar...

Quizás el nombre que he elegido para esta plataforma de divulgación cultural sobre Asia en general (y Japón en particular) pueda parecer el más ajeno que alguien se podría imaginar para una temática como ésta, pero creo que el acebuche es, de muchas formas distintas, una alegoría perfecta de la intencionalidad que tiene este blog.

El acebuche, también conocido como olivo silvestre, es más que probable que fuese el árbol que Atenea presentó a Zeus en el mito, así como también fue la ramita que trajo en su pico una paloma a Noé en la historia del diluvio universal. Encarnando la sabiduría y el conocimiento por la divinidad griega, se le atribuyen también significados de paz y esperanza. 

Para mi es símbolo de resiliencia frente a las condiciones adversas y adaptabilidad ante lo desconocido, aún conservando la identidad que lo caracteriza. Como un bonsai de acebuche, así pretende ser este lugar dentro del gran universo que es Internet: un pequeño rincón que, desde este lado del mundo hunde sus raíces en lo que nos es ajeno, pero seguro que nos brindará nutrientes para crecer desde el conocimiento, el respeto y la paz.

A la sombra de este acebuche, tenéis un sitio donde sentaros y descansar. ¡Bienvenid@s!

P.D: Espero que sepáis perdonarme que me haya puesto tan intenso...

Forma y contenido: la senda del acebuche

¡Acercarte a la sombra, que ya estamos en agosto!  Parece mentira que ya hayan pasado 7 meses del presente 2019 y estemos en el último m...